Queridos amigos:
Quizás os sorprenda que pueda dirigirme a todos vosotros en español, pero, aunque soy un pulpo alemán, soy hijo de cefalópodos inmigrantes de España, que, allá por los años 60, cogieron sus tentáculos para buscar unas aguas más propicias que les permitieran tener un mejillón que llevarse a la boca.
Hoy, en mi plena madurez, he llegado a adquirir una inusitada fama simplemente por ayudar a la tierra de mis ancestros... [...Sigue]
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