Está de moda estos días la continua crítica a los burkas y los niqabs que tímidamente pululan por algunas ciudades españoles.
Una ola de "laicismo", esta vez antiislámico, se ha extendido por toda España, especialmente -como era natural- por la acomplejadamente racista Cataluña.
Es cierto que cualquier tipo de velo facial (que no vello, jeje) debiera ser prohibido en los edificios públicos en aras de la seguridad colectiva, pues, tras el mismo, bien pudieran ocultarse algún cabreado etarra o barboso islamista deseosos de repoblar los cielos y los infiernos del más allá.
Pero lo que no tienen en cuenta la mayoría de estos nuevos cruzados de la Derecha española -tan envalentonados frente a sencillas mujeres creyentes y tan acobardados frente al exterminio del idioma español en Cataluña- es que, tras cada velo, hay un ser humano.
Detrás de cada velo, detrás cada niqab, bajo cada burka existe una mujer.
Una mujer a la que, desde niña, la mostraron como pecado el enseñar su rostro a los hombres (cuando, en realidad, el verdadero pecado es el rostro que lucen la mayoría de los hombres).
Una mujer a la que ni el marido, ni el hermano, ni el padre consentirían que desvelen sus facciones a los demás.
Y una mujer, ahora, que no sólo se sentirá presionada por su conciencia religiosa y por su familia, sino que se verá perseguida por las nuevas leyes de un país en demolición que la tachan de apestada, de peligro potencial para su seguridad...
Las mujeres musulmanas no son más que las nuevas mártires de nuestra época, una época en la que un Estado opresor pretende sustituir a una religión opresora.
Vive y deja vivir.
Vive y deja creer.
"Quien oculta su rostro, oculta su alma".
Todas las frases del Filóloco juntitas, pero no revueltas, en: Frases lapidarias del Filóloco
7 Déjame un comentario, chati:
Lleida ha sido la pionera en prohibir ocultar el rostro en edificios públicos. Yo me pregunto; ¿no se vulnera las creencias de estas mujeres y se las margina más prohibiéndole algo que ellas desean llevar? ¡Que manía con las prohibiciones! Ellas no hacen daño a nadie, es como prohibir que algunas lleven crucifijos como joyas.
Muy buena entrada.
Un beso Filóloco.
@Rosalianm:
En español, Lérida.
@ El Filóloco:
tengo una sencilla solución para que no les remuerda la conciencia ni a las árabes con velo ni a sus maridos: que se vayan a Marruecos y se larguen de España.
Muchas gracias, Rosalía.
Zadlander: Ciertamente, si no quieren adaptarse al país que les acoge, por dignidad, deberían marcharse de aquí. El problema es que no existe ninguna ley que impida llevar esos símbolos religiosos, por lo que no están operando ilegalmente.
Yo me centro en el sufrimiento de estas personas, de estas mujeres a las que, por una parte, presiona nuestra sociedad occidental, presiona su familia y presiona la conciencia religiosa que les han inculcado desde niñas.
No quisiera estar yo en el lugar de ninguna de ellas.
Pues la verdad, prefiero estar en su lugar a estar en el lugar de una víctima del 11-M.
En eso tienes razón, Zadlander: pero ya sabemos que no todos los musulmanes son terroristas, igual que no todos los cristianos fueron inquisidores ni todos los alemanes, nazis.
Excelente exposición. Una manera sencilla de exponer la denuncia de Fernado Cantalapiedra (o del Frente Nacional, vamos): el problema no es el velo islámico, y quizá, tampoco lo es la mujer que lo lleva.
El problema, es la ocupación silenciosa por parte del Islam, y sobre todo, el problema es la cooperación del Gobierno o de la izquierda, por aquello mismo: los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Desde la edad media se ha luchado contra el Islam (por no decir contra el moro) hasta hace relaivamente poco (el 75, la Marcha Verde, donde cesaron enfrentamientos armados).
"Luchar contra el moro" tiene mucho sabor a español, y evidentemente, eso le da alergia a la izquierda.
La conquista de la Hispania visigoda por parte del Islam se produjo por una traición, y vamos camino de otra traición.
Por otro lado, que esto es lo más interesante, partiendo de una publicación que hay por ahí, "Manual de Al Qaeda en España", que cita a Ibn Taymiya (no se quien es, no me he informado):
"Si un musulmán está combatiendo o se encuentra en una zona pagana (no islámica), no tiene el deber de mostrar una apariencia distinta de quienes le rodean. En esas circunstancias el musulmán puede preferir, o verse obligado, a parecerse a ellos a condición de que su acción suponga un bien religioso, como predicarles, enterarse de secretos y trasmitirlos a los musulmanes, evitar un daño, o algún otro fin de provecho".
Por lo que me reafirmo en que el problema no es el velo. Si no la integración de estos individuos, sean islamistas, o simplemente seguidores del Islam. Pero tanto unos como otros, su actitud viene a ser "¿para que me voy a adaptar a las costumbres del pais que me acoje? Si va a ser tierra musulmana..."
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