Desde que el Partido Socialista sentó sus reales en el Gobierno de este desgraciado país, la pérdida de las libertades ha ido en progresivo aumento hasta llegar a extremos casi equiparables a la dictadura franquista...
Recordemos el revuelo formado, no hace mucho, por el uso del Sistema Integrado de Interceptación Telefónica (SITEL), empleado sin ningún rubor por nuestro Ministerio del Interior a las órdenes del presidenciable Rubalcaba...
Recordemos también la multa interpuesta a Intereconomía desde el mismo Gobierno por decir que, frente al Día del Orgullo Gay, ellos estaban 364 días orgullosos de la gente normal (es decir, de la gente que sigue la "norma" general...). La Audiencia Nacional, finalmente, ha venido a dar la razón al grupo de comunicación español: pero el daño ya ha sido hecho. Todo ello ha supuesto un gasto innecesario de abogados y recursos a cargo de la cadena para defender sus derechos oprimidos por el Gobierno fascistasocialista "que nos hemos dado"...
Y ahora ha venido el cambio de frecuencias de televisión, sólo en "determinadas" emisoras, como son Intereconomía Televisión y Veo 7, ambas de la Derecha opositora al Gobierno...
¡Qué casualidad!
¿Por qué no han cambiado las frecuencias de los bodrios deficitarios de televisiones públicas como La Uno y La Dos...?
Todo ello ha supuesto a las emisoras citadas una apreciable bajada de la audiencia, producida por el artero truco de que muchas personas no saben reprogramar su televisor o su aparato de TDT y han decidido prescindir de las mismas...
Me produce un profundo asco el extremo al que ha llegado este Gobierno, opresor y farsante. Y más asco la cantidad de millones de votantes que le arropan y cacarean a su alrededor, como gallinitas deseosas del grano de las subvenciones...
El ruido de las gallináceas ha terminando acallando el viento de la libertad...
1 Déjame un comentario, chati:
Masones, socialistas, comunistas, anarquistas, separatistas...si se les da un ápice de libertad, acaban sometiéndonos y privándonos de toda libertad. Eso Franco lo sabía muy bien. Por eso los enemigos de España tuvieron que esperar a un rey que juró en falso los principios del Movimiento Nacional.
Publicar un comentario