Me sorprende la tendencia en los últimos años a escribir todo en minúsculas: ya no ponemos Imperio Romano, ponemos imperio romano; ya no ponemos Papa León X, sino papa León X; ni el Rey Felipe IV, sino el rey Felipe IV.
En los "libros de estilo" modernos y progres (como los de El País y similares) se recomienda explícitamente este avanzado uso de las minúsculas.
Una de las pocas cosas que admiro de los ingleses es que en ese país no se acomplejan por poner en mayúsculas lo que consideran único y relevante, como hasta hace poco se hacía en España. El grado de familiaridad de los anglosajones con las mayúsculas llega hasta el extremo de poner siempre el pronombre yo en mayúscula (I), aunque este detalle denota también el carácter atrozmente egoísta de esa sociedad, en lo demás nada edificante.
Vivimos en un país acomplejado, en el que nos da miedo, nos da vergüenza poner las cosas en mayúsculas, en el que nos da vergüenza desplegar nuestra bandera, en el que nos ruboriza hablar de nuestra patria (a no ser que nos refiramos a Cataluya, País vasco o zarandajas similares), en el que nos da bochorno ponerle letra a nuestro himno para que no nos hagan caer en el pozo del facherío.
Vivimos, en definitiva, en una sociedad en minúscula.
2 Déjame un comentario, chati:
Pues el tema de mayúsculas vs minúsculas tiene su miga. Aunque se le podría dar la vuelta a lo que dices, porque antes había mucho clasismo en el uso de mayúsculas y minusculas, por ejemplo: Dr. vs albañil o SSMM versus "fulano de tal"...
Saludos
Lo malo es que el clasismo sigue: hay que escribir todavía SM o Su Majestad :-)
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