De las teorías más sorprendentes en relación con nuestro satélite destaca una en particular, que atribuye a la Luna un origen artificial. Según dicha teoría, la Luna sería una estructura creada por una antigua inteligencia en tiempos inmemoriales, uno de cuyos fines sería "vigilar" o controlar desde allí el desarrollo de la vida inteligente en nuestro planeta.
Su superficie habría sido recubierta con minerales, para dotarla de una apariencia normal, o bien habría sido abandonada hace mucho tiempo y, sobre ella, se habrían ido acumulando durante milenios distintas capas de material procedente del choque de asteroides.
En esta teoría, se basó el concepto de la Estrella de la Muerte de la mítica Star Wars, un planetoide artificial en manos del maligno Imperio.
La idea es, desde luego, descabellada, pero sugerente y encuentra su lugar en este blog, que hemos creado para... soñar.
Sin embargo, hay un conjunto de datos que esgrimen continuamente los autores que acogen esta idea que, cuando menos, nos pueden llevar a tener una serie de dudas razonables:
- El tamaño de la Luna es desproporcionado para un planeta del tamaño de la Tierra.
Si nos fijamos en los demás satélites que conocemos, son mucho más pequeños que el planeta alrededor del cual giran: eran planetoides un día atrapados por la gravedad del mismo, o producto del material expulsado por dicho planeta en algún choque con un asteroide. Por el tamaño, nuestra Luna nunca podría haber sido atrapada por la gravedad de la Tierra: es demasiado grande. Debido a eso, la hipótesis comúnmente más aceptada es que la Luna es producto de un hipotético choque entre un planeta, aproximadamente del tamaño de Marte, y la Tierra. El material expulsado de tan violento cataclismo quedó flotando durante millones de años alrededor de la Tierra en forma de anillo (como en Saturno) y, posteriormente, dicho material terminaría agrupándose en lo que hoy constituye nuestro satélite. - Siempre vemos la misma cara de la Luna: hay otra que permanece siempre oculta a la Tierra.
La perfecta sincronía en la Luna entre sus movimientos de rotación y traslación alrededor de la Tierra, de manera que siempre veamos la misma cara, no tiene parangón en ninguna parte del universo conocido. La imaginación se escapa y sueña con una Luna artificial que oculta alguna clase de equipos de observación dirigidos hacia nuestro planeta y situados en su cara visible. - El Sol y la Luna, aunque son astros de un tamaño completamente diferente y se encuentran situados a una distancia de la Tierra completamente dispar, sorprendentemente se ven del mismo tamaño desde la Tierra.
Por esa razón, la mayor parte de las veces en que hay un eclipse de Sol, la Luna tapa milimétricamente el disco solar, aunque también se producen de vez en cuando eclipses de tipo anular, por las periódicas variaciones de distancia entre los tres astros. Algunos matemáticos y físicos han hecho cálculos de probabilidades en relación con este tema y han llegado a la conclusión de que la probabilidad de que astros con diámetros tan diferentes y situados a tan distintas distancias de nuestro planeta se vean con el mismo tamaño desde aquí son casi infinitesimales. - La hipótesis de la "luna hueca".
Dos han sido las razones que han conducido a algunas personas a hablar de la posibilidad de que nuestro satélite esté hueco:
Por un lado, cuando en la desatrosa misión Apolo XIII, los astronautas tuvieron que desprenderse de partes del cohetemódulo que orbitaba alrededor de la Luna, para poder regresar a la Tierra, éstas cayeron sobre nuestro satélite y las vibraciones causadas por el impacto captadas por distintos sistemas de medición se asemejaban a las vibraciones de una campana.
Por otra parte, la Luna presenta diversidad de densidades en sus diferentes zonas. Es decir, hay más atracción gravitatoria en unas partes de la Luna que en otras, como si tuviera algunas zonas más huecas que otras. Este hecho generó una serie de problemas en el inicio de la exploración de nuestro satélite, pues dificultaba el alunizaje en el mismo o la posibilidad de dejar satélites orbitando alrededor de ella, pues los equipos necesitaban realizar un continuo recálculo de las condiciones gravitatorias, para no acabar estrellándose sobre la misma o saliéndose fuera de la órbita.
Sea lo que sea, la Luna no dejará nunca de ser una fuente de misterios para el ser humano.
Fuente: Knight, Christopher. La ciencia antigua y el misterio de la Luna. Barcelona, Planeta, 2006.
Véase también: Japeto: ¿una luna artificial?
1 Déjame un comentario, chati:
"se basó el concepto de la Estrella de la Muerte de la mítica Star Wars"
Gran fuente científica.
"El tamaño de la Luna es desproporcionado para un planeta del tamaño de la Tierra."
La ratio de Plutón y Caronte es mayor. No obstante, las posibilidades de que haya un satélite como la Luna orbitando un planeta como la Tierra son muy bajas en toda la galaxia. Es decir, en el orden de varios miles de planetas.
"dudas razonables"
par Dieu...
"La perfecta sincronía en la Luna entre sus movimientos de rotación y traslación alrededor de la Tierra, de manera que siempre veamos la misma cara, no tiene parangón en ninguna parte del universo conocido"
¿Y que pasa con las decenas de lunas que están en resonancia orbital con sus planetas enseñando su misma cara, igual que la Luna? ¿No te parece más sorprendente un giro retrógado al Sol como hace Venus? ¿O una traslación inversa como Tritón?
"Dos han sido las razones que han conducido a algunas personas a hablar de la posibilidad de que nuestro satélite esté hueco"
La teoría de la Luna hueca es de E. Halley, hace ya algunos siglos, cuando pensaba que el motivo por el cual la Luna brillaba era porque en su interior había una especie de sol pequeño, y por lo tanto tenía que estar hueca. Una teoría absurda y sin sentido como tantas cosas que se leen en este blog.
"las vibraciones causadas por el impacto captadas por distintos sistemas de medición se asemejaban a las vibraciones de una campana."
Que cosa más científica...
Lo que hablas de zonas con mayor o menor gravedad se le denomina "mascon", y existen en todos los planetas, solo que en aquellos con baja densidad (como la Luna) son más fácilmente perceptibles, y resulta de las diferencias de densidad de masa de su corteza y manto, si hubiere diferenciación interna, que sí tiene la Luna, lo cual se resume en que No es hueca.
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