Si Montesquieu está muerto, debiera ser resucitado

Un nefasto político español, Alfonso Guerra, sentenció hace años que "Montesquieu estaba muerto y bien muerto" en España.

Con ello se refería a la permeabilidad -por no decir cuasi fusión- que los tres poderes establecidos como pilares de la democracia moderna -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- presentaban en nuestro sistema político, en lugar de la sana estanqueidad deseable entre ellos, para su buen funcionamiento: es decir, tres poderes efectivamente separados y actuando independientemente los unos de los otros...

Tras la desastrosa y ya acabada minilegislatura de diciembre 2015 hasta hoy día, se empieza a ver claramente la imperiosa necesidad de una reforma constitucional... Una reforma, no en el sentido que le han querido otorgar aquellos separadores y separatistas quienes aspiran a trocear nuestra Patria en distintas porciones, a gusto de los politicastros aspirantes a llegar a ser algún día Jefes de sus Estadillos recién inventados... Ni en el sentido de despreciar la disciplina presupuestaria que nos impone -gracias a Dios- Bruselas...

Nuestra Constitución precisa de una urgente reforma... y es aquella encaminada a separar definitivamente los tres poderes...

Un Poder Judicial sin interferencias políticas ni del Ejecutivo ni del Legislativo y, dentro de lo posible, democratizado en ciertos aspectos, como en Estados Unidos, donde el pueblo elige a las Fiscalías de Distrito y a cierto tipo de jueces...

Un Poder Legislativo que se dedique sólo a eso: a legislar y controlar al Poder Ejecutivo para que no sobrepase ni un milímetro el ámbito de la Ley...

Y un Poder Ejecutivo elegido en comicios independientes de los correspondientes al Legislativo...

De haber seguido este sistema, empleado por las democracias más desarrolladas (dígase Estados Unidos o Francia) -sea a una o dos vueltas-, España no estaría padeciendo actualmente esta situación de interinidad gubernamental perpetua que puede prolongarse, sine die, en un infernal mito del eterno retorno, si los resultados de las próximas elecciones generales son similares a los actuales.

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