Siempre he pensado en los separatismos como en el proceso que todos hemos vivido en nuestras familias en las que algún hermano quiere independizarse, aun sin tener medios suficientes para ello, y los padres le intentan convencer de que no le conviene en absoluto... de que viviría mucho mejor junto a toda la familia...
No podemos poner alas a la libertad, y el hijo díscolo, de una u otra manera, acabará yéndose de casa...
Empecemos a tener algo de dignidad y si, mayoritariamente, los catalanes, vascos, gallegos, o quienes sean, deciden democráticamente que no quieren ser nunca más españoles (cosa bastante comprensible, dada la deriva de nuestro país desde el comienzo de la Guerra Civil), permitamos que intenten ser lo que sueñan. No sé si vivirán mejor... pero seguramente, sí lo harán más felices.
Es una realidad, que debemos empezar a aceptar ya, que España está muerta, y bien muerta, desde hace décadas... con unos líderes inútiles, corruptos y cobardes que no ilusionan a nadie. Un Rey con privilegios medievales, ocupado tan sólo en el bienestar personal y el de su familia... Unos dirigentes políticos que da lo mismo que sean de izquierda o derecha, pues, década tras década, conducen a España al desprestigio internacional, y a la pobreza y esclavismo laboral crecientes...
Amigos: lo peor para nuestro futuro es que España siga existiendo tal y como la conocemos...
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