Los Reyes Magos eran andaluces

Una nueva sorpresa nos ha preparado el Papa para estas Navidades... El otro día sorprendía a muchos (a mí no) revelando que nunca hubo ni un buey ni una mula en el portal de Belén... Este dato ya lo conocíamos todos los que, hace años, leímos la tesis doctoral titulada Jesús 3000 años antes de Cristo, publicada posteriormente por Grijalbo, escrita por el teólogo y antiguo sacerdote Llogari Pujol y Claude-Brigitte Carcenac... En él se detallaba cómo los dos antiguos dioses menores egipcios asistentes al parto eran representados precisamente como esa pareja de animales...

Es necesario recordar que en ningún evangelio canónico se hace referencia a ese par de animales y sólo los conocemos a través de las historias narradas en algunos de los Evangelios Apócrifos...

Ahora, en una virtuosa voltereta del "más difícil todavía" nos desvela que... Los Reyes Magos no venían de Oriente... sino de Occidente... en concreto de Tartesos, al sur de la prerromana Hispania... Es decir, que eran andaluces con el sombrero de ala ancha calado hasta las corona...

El Evangelio de San Mateo sí hace referencia a unos "magos" (que no reyes y, por cierto, sin cuantificar) que sí vinieron de Oriente siguiendo una estrella... Por esa razón se ha supuesto siempre que dichos personajes serían una especie de sabios o astrónomos posiblemente procedentes de Persia...

El número de tres y sus nombres respectivos (Melchor, Gaspar y Baltasar) aparecen sólo en alguno de los Evangelios Apócrifos -que tampoco se ponen de acuerdo entre sí, pues algunos de ellos llegan a citar a más de cuarenta reyes magos, con nombres totalmente diferentes a los clásicos...

Como mera nota de curiosidad, señalaremos que el relicario de los Reyes Magos que se conserva en la catedral de Colonia y que, supuestamente, contiene sus huesos, sorprendentemente, guarda los restos... de tres niños...

En fin, no sé si este Papilla se ha extralimitado últimamente con el vinillo de la consagración, pero sí, está trayendo el "fin del mundo" con él (al menos el fin del mundo de todas las creencias tradicionales cristianas), sin necesidad de que entre en acción ningún profético maya...

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