Estos días hemos venido observando con pasmo una campaña publicitaria televisiva en el programa "Tonterías, las justas" del humorista Florentino Fernández en el que se animaba a la gente a comprarse una camiseta sobre cuya superficie rezaba el lema "Fans de Cataluña" y se proporcionaba una dirección web.
¿Hasta ese ridículo extremo a llegado Cataluña, que necesita vender camisetas de las manos de humoristas pasados de moda para su promoción?
Vergüenza ajena me dio el ver tan ridículo anuncio.
¿Hasta dónde ha llegado esa risible "nación" de cuchufleta?
Todo ello me recordó una coplilla surrealista que, a veces, se decía en los tiempos de mi padre, referida a los mercados de baratillo y que le va a las mil maravillas a esta Cataluña en rebajas de dignidad:
"A peseta camiseta,
a reales orinales,
hay pestañas de santos
para bigotes de viejas"
3 Déjame un comentario, chati:
¡Que ridículo es esto! Es que me quedo sin palabras Filóloco.
Un besazo guapo.
En cualquier caso, se ve que Cataluña no está «muy en la onda». Y esto no sería de extrañar: con tanto catalán van a terminar volviendo a la Edad Media.
Cometes faltas gramaticales y de ortografía en tu texto. Antes de hablar del ridículo ajeno, revísalas.
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