Si hay algo que me sorprende en el hecho de que el Parlamento Catalán vaya a aprobar la prohibición de los toros en Cataluña, no es el ataque a la fiesta taurina en sí, sino la realidad de que una parte de España vaya a aprobar la ilegalización de algo que es legal en toda en ella.
¡Cómo echo de menos no haberme licenciado en Derecho, en lugar de en Filología Hispánica!, puesto que tales estudios quizás me hubiesen resuelto tan magna incógnita.
Pero, en lo que mis pobres entendederas dan de sí, no me cabe en la cabeza que, lo que es legal en todo el Estado, pueda ser declarado ilegal por una parte del mismo.
Hasta ahora yo pensaba que la capacidad autonómica se circunscribía a proteger el propio patrimonio cultural o incluso a mejorar las prestaciones que el Estado ofrece a sus ciudadanos como mínimos... pero no a declarar ilegal una actividad que es completamente legal.
Me recuerda esta situación un poco a las multas impuestas en Cataluña a los establecimientos que no rotulen sus anuncios en catalán, aunque, en realidad, no es el mismo caso: no se multa por rotular en español. Se multa por no rotular, como mínimo, en catalán. Es decir: no es una prohibición del uso del español.
Con los toros no es así: es directamente una prohibición de algo que es completamente legal en toda España. Incluida Cataluña.
Trasladémonos, por ejemplo, a Andalucía, en concreto a la Feria de Abril de Sevilla. Dicha feria no sólo se celebra en Sevilla. En otras muchas ciudades de España (por ejemplo, en Madrid), celebramos también una Feria de Abril (en mi ciudad, en concreto, en la Casa de Campo, para el que no lo sepa). A ella acuden no sólo andaluces emigrados, sino madrileños a los que les encanta el flamenco (la única tradición española, junto con los toros, que ha alcanzado reconocimiento universal, en contraposición a las sardanas, castellets, panes con tomates y calcetines rojos sobre las cabezas, que sólo conocen en las tierras que los engendraron...).
Imagínense, por tanto, que a los madrileños se nos subiera el paletorracismo de nuestros compatriotas del nordeste, o que hubiésemos ingerido una sobredosis de licor de madroño entre pecho y espalda, y nos diese por prohibir esa feria en la Casa de Campo, por no ser una tradición típicamente madrileña o porque la consideráramos gravemente perjudicial para la exquisita sensibilidad de algunos madrileños acursilados.
Sería igualmente "legal", como lo que pretenden hacer estos acomplejados nazis del Norte... ¿verdad?
Es más: propongo una cosa.
Como aquí parece que es perfectamente "legal" que una parte de España proclame "ilegal" en su tierra lo que es completamente legal en toda España...
...Proclamemos totalmente ilegal el aborto en la Comunidad de Madrid, calificándolo como una actividad totalmente cruel y contraria a la sensibilidad y a las tradiciones seculares madrileñas.
Y todos contentos, ¿no?
Véase también: El toro sobre el burro
7 Déjame un comentario, chati:
Muy bien observado. Evidentemente, los toros, al igual que el logo de Osborne, son símbolo ESPAÑOL, lo que quiere decir que hablar de ello es referirse a ESPAÑA.
Sin olvidar que bastantes de las banderillas tienen el color rojo y gualda, que igualmente evoca a una bandera en particular, síntoma de alergia y malestar para muchos (hay otras muchas banderillas: verde y blanca; verde, banca y negra; roja y blanca... Suelen hacerlas con los colores de las banderas de las comunidades, pero claro, tambien son ESPAÑOLAS).
A ver, malditos hijos de puta, si os enterais un poco de lo que hablais: es completamente legal prohibir cualquier actividad "festiva" si durante esta se maltrata a algun animal (a menos que sea un enjendro espaNYol, como vosotros, putos fascistas).
Si no te gusta, enterate, pedazo de lerdo, de que en Las Canarias ya hace años que estan totalmente prohibidas. Lo sabias esto, estupido inculto??
Vale ya de la mania persecutoria contra los catalanes y los vascos. Vosotros no nos quereis en vuestro puto país (si, para ayudar a subir el PIB si, verdad...), ni nosotros queremos que nos continueis tocando los cojones; dejadnos decidir, cohone'!!
Bien para vosotros, bien para nosotros. Y si no, lo podemos arreglar tu y yo: o te vienes tu, o me das tu dirección de la Moraleja.
Y dicho esto, voy a rebentarle el culo al alguna fascista sidosa de estas amigas vuestras.
Voy corriendo a por un bañador nuevo, para no desentonar.
Qué seguro que el filóloco en su casa de La Moraleja tiene piscina.
Piscina no, pero en la cocina tengo un fregadero de lujo para bañarme con los platos sucios y, así, ahorrar agua.
Almogaver, se te nota en la mirada tu calaña. Menos mal que estás en otro pais y no en el mío. Ah¡ por cierto, los dos paises que citas (catalán y vasco) están así ahora gracias al dinero ESPAÑOL que se invirtió en su día, y al capital humano que se dejó allí la vida para que gentuza como tú puedan vivir ahora y despotricar contra el resto.
Espero que algún día en tu cerebro se produzca alguna reacción química que denote cierto atisbo de inteligencia.
Un saludo.
Para empezar, Cataluña es parte de España. Más que nada es que yo vivo en Cataluña y aún continúo viviendo en España. Si alguien no está de acuerdo con esto, que coja las maletas y cruce la frontera. ¿Que si es legal prohibir las corridas de toros? Pues sí que es legal. En Canarias están prohibidas desde hace muchos años. ¿Es sensato? Pues yo no estoy ni a favor, ni totalmente en contra de las corridas de toros. Hay cosas mucho peores y más salvajes contra los animales y nadie dice nada. Claro que si de mi dependiera, las corridas de toros serían obligatorias. ¿Quieres comer carne? Vale, pues toma el estoque, la muleta y te cargas al toro de 600 kilos y así tienes derecho a comer carne. Es muy bonito matar animales indefensos, comérselos y después ir por el mundo de ecologista y amante de los animales. Que fácil. Nada. Las corridas de toros, obligatorias. O matas al toro, o te haces vegetariano.
Eso, el que quiera comer carne de toro que lo mate él mismo.
Y el que quiera comer pan ¿que hace?. Pues está bien claro, que cultive el trigo, lo muela, amase el pan, lo meta en un horno artesanal, se vaya al monte a por leña y haga el pan.
Publicar un comentario