Ayer murió Glenn Cornick, el primer bajista (y, para muchos, el mejor) de Jethro Tull, el grupo, en mi opinión, fundamental de la Historia del Rock, por su virtuosismo, versatilidad y originalidad sin límites... Una formación que, entre 1970 y 1979, abrió nuevos caminos musicales, nunca explorados, mezclando rock, folk celta, medievalismo y hasta toques renacentistas en su siempre maravillosa y sorprendente creatividad...
Los primeros años de la vida del grupo los marcó, al bajo, este genial y simpático bajista desgarbado, con aires de hippy eterno y una bonhomía poco frecuente entre las estrellas del rock...
Descansa en paz, querido amigo, admirado músico... Sigue tocando las cuerdas de tu profundo bajo desde el cielo, cada vez, que, en cada retumbar de las tormentas, nos lleguen ecos de tu recuerdo...
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